Sácale provecho a tu vida !

La juventud se nos va demasiado rápido. Recuerdo cuando era niño mi urgencia por ser adolescente y cuando era ya un muchacho, de sentirme todo un hombre hecho y derecho. Pero esa ansia de madurez, independencia y éxito instantáneo a veces no nos permite disfrutar y sacarle el máximo provecho a cada etapa de nuestra vida. Es frecuente que sintamos que el pasado fué realmente un tiempo mejor o que en el futuro quiza tengamos la oportunidad de gozar de la clase de vida que nos merecemos. Así, nuestra existencia transcurre entre la nostalgia y la esperanza, entre la frustración y la fé.

Al final, talvez lo más sabio sea apegarnos a aquellas famosas frases de ''Cada dia tiene su afán'' y ''Vive cada día como si fuera el último'', de esa manera estaremos en capacidad de valorar nuestro presente, que es lo único con lo que realmente contamos. Por supuesto, eso no significa que no debemos tener metas y objetivos a largo plazo, todo lo contrario ! Pero lo sano y lo deseable es disfrutar del proceso, enfrentando con entusiasmo cada una de las pequeñas y grandes luchas del diario vivir, y ya sea que seamos jóvenes o ya no tan jóvenes, nunca olvidar que sólo tenemos una vida, ésta vida. Aprovechémosla al máximo !

Deseos de Superación

Todos deseamos ser cada día mejores, es una aspiración natural y auténtica. Desde niños comenzamos a soñar despiertos, a fantasear. Cuando somos adolescentes, a veces nos sentimos invencibles, capacez de todo, y ya de adultos, algunos han alcanzado muchas de sus metas mientras que otros se han quedado a mitad de camino. Pero la vida es un reto diario, y asi como cada rosa tiene su espina, en nuestro paso por este mundo tendremos alegrias y tristezas, triunfos y fracasos, satisfacciones y desengaños.
Más nunca desmayemos ! Cada día es una nueva oportunidad, y no estamos solos, hay 7,000,000,000 millones de seres humanos en la misma lucha. Sentir deseos de superarnos es nuestro derecho, esforzarnos por materializar nuestros anhelos, es un deber !

Lo Que En Realidad Somos.

Aquello que llamamos alma, espíritu y corazón, se alberga en nuestra bóveda craneal. La consciencia de nuestro propio ser y de todo lo que nos rodea, yace en esa masa de aspecto gelatinoso, ese órgano conocido como cerebro. Talvez no suene muy romántico, pero tan es así que, el mínimo desequilibrio en su funcionamiento, puede alterar nuestras emociones y sentimientos, la capacidad de aprender y recordar y la manera en que vivimos y convivimos con los demás.
Es por eso que, en aras de ser mejores personas, debemos cultivar nuestra mente. Nutrirla, pero no con alimentos chatarra, sino con el pan del saber.